martes, 4 de septiembre de 2012

Houellebecq y el desencanto del mundo


Un ciclo de cine en Matienzo propone acercarse a la obra del escritor en el cruce entre literatura y cine.

Txt. Javier Garat

Nicolás Mavrakis -ávido lector del escritor francés más polémico de los últimos tiempos- comentó con Cultra algunos de los puntos centrales de su obra. La excusa: un imperdible ciclo de cine en el Club Cultural Matienzo donde se podrán ver tres películas inéditas en Argentina basadas en sus novelas y puestas a punto por Luciana Calcagno especialmente para la ocasión.

¿Cómo caracterizarías la literatura de Houellebecq frente a alguien que no lo conoce?

La literatura de Houellebecq explora hasta qué punto se han derretido los grandes proyectos humanistas que en la tradición francesa (desde la Revolución hasta la sociología de Comte, por poner algunas coordenadas) pretendían armonizar el sentido positivo y el sinsentido de la vida humana. En un mundo contemporáneo despojado de todo horizonte de religiosidad, fraternidad social (ya sea bajo un discurso amoroso o sexual) y fe en la política como espacios de contención, lo que resta es el repliegue en el narcisismo, en la autoconmiseración y en una tecnología cuyo efecto final es reducir al mínimo toda experiencia sensible. Esa podría ser una forma de presentar a Houellebecq para quien no lo conoce: un escritor con un alto grado de pesimismo ante el presente y el futuro de la Humanidad. Un escritor que aprieta allí donde hay pus, como él mismo dice. 

¿Cuál fue el primer libro de Houellebecq que leíste?

El primero que leí fue La posibilidad de una isla, por recomendación. Me pareció estar ante alguien que combinaba la reflexión sociológica, el humor y la ciencia ficción de una manera que se salía por completo del resto de la literatura francesa que anda circulando por la academia o por el mercado.
    
¿Qué te genera él como figura pública?

La construcción de su figura pública es también una forma de intervenir sobre el mercado del arte. Hay que pensar que Houellebecq es un ingeniero agrónomo cuya vida personal es casi un rompecabezas plagado de desastres. Su literatura emergió, primero, a través de la poesía, y recién después encontró el éxito a través de las novelas. Ese juego público que Houellebecq construye entre la repulsión, la polémica y el desprecio es una forma de insertarse en el mercado cultural desde la incomodidad. Su literatura no plantea comodidades, sino todo lo contrario, incluso desde su propia figura. Esa figura pública, que oscila entre la provocación y el martirologio, es una forma, supongo, de reconcentrar la atención siempre sobre sus libros antes que sobre su propia vida. Esa, a pesar de las apariencias, no es una elección azarosa ni demencial, sino la que eligen casi todos los escritores que han tenido algo que decir desde siempre.

Al leerlo es imposible no pensar que estamos condenados a la destrucción o, al menos, a la imposibilidad de seguir sintiendo. ¿Te parece un pesimismo apático o una cachetada para despertar?

Houellebecq es esencialmente un poeta y como poeta es esencialmente un poeta que podría alinearse con cierto romanticismo, en especial, de tradición alemana. La idea de este autor o poeta cuya percepción de lo sublime le permite escribir y "denunciar" las aristas menos simpáticas de su propio presente es, en la tradición misma de cierto romanticismo -en el que el propio Houellebecq se identifica-, un modo de intervenir sobre nuestras propias percepciones del mundo para que "despertemos" bajo un golpe que casi siempre tiene la forma de un pesimismo apático. Algo así como cumplir la misión del poeta. "Le muestro al mundo un espejo para que vea sus deformidades y el mundo me dice que el deforme soy yo", se ha quejado Houellebecq. 
  
¿Viste las películas que van a proyectar en Matienzo?

Las películas son versiones a veces libres, a veces muy literales y a veces una versión de Houllebecq sobre Houellebecq mismo. Tienen el mérito de ser material inédito en nuestro país. Las películas han sido curadas, subtituladas y puestas a punto por Luciana Calcagno, que es especialista en cine e hizo un trabajo admirable. El aporte que Luciana hizo colocando en circulación estas películas me parece muy valioso. Sin dudas, quienes vayan a ver el resultado de su trabajo no van a salir indemnes ante "la experiencia estética houellebecquiana".

Todos los domingos de septiembre a las 20 en el Club Cultural Matienzo, Matienzo 2424. Entradas a $20. 
Charla introductoria a cargo de Luciana Calcagno y Nicolás Mavrakis. 

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