martes, 26 de julio de 2011

Una imagen vale más que mil palabras

Txt Gonzalo Sanchez Segovia / @gonzalo_ss

Las tres orillas: Muestra fotográfica de Daniel Mordzinski en el Centro Cultural Recoleta.


Ernesto Sábato por Mordzinski
El dicho popular dice que una imagen vale más que mil palabras. Pero qué difícil debe ser retratar con una fotografía a hombres y mujeres que le dan tanto significado a las palabras. Tratar de capturar la esencia de esos escritores que cautivan a miles utilizando letras, puntos y comas, y no se valen de fotos o videos para contar historias e inventar personajes. Algunas tribus indígenas piensan que las fotografías roban el alma del fotografiado. En este caso, Daniel Mordzinski logra capturar no sólo el alma del personaje, sino, también, su obra a través de las expresiones de sus rostros o las acciones que realizan.

Mordzinski es llamado “el fotógrafo de los escritores”, algo que seguramente ni se imaginó cuando fotografió a Jorge Luis Borges por primera vez, con tan sólo dieciocho años; o, cuando recién llegado a París, le dejó un mensaje en el contestador a Julio Cortazar para invitarlo a su primera exposición. Cortazar fue. Hoy la primera foto que le sacó a Borges tiene un lugar destacado en la muestra.

Ernesto Sábato es el principal homenajeado con más de diez retratos. Sentado en un jardín o una biblioteca, en primeros planos o de cuerpo entero, siempre aparece cabizbajo y sombrío. En la mejor foto se asoma tímido, reflejado en una ventana, oculto detrás de sus gafas, borroso y triste; como los pensamientos de Alejandra en Sobre héroes y tumbas.

Martín Caparrós, Juan Sasturain, Elsa Drucaroff, Leila Guerriero, Washington Cucurto, Abelardo Castillo. Sobre una de las paredes se pueden ver imágenes más pequeñas de escritores argentinos, son más de treinta y están ubicadas uno al lado de la otra, como si todas juntas formaran una gran foto de la literatura argentina contemporánea.

También están los protagonistas del Boom latinoamericano: Gabriel García Márquez iluminado, con traje y zapatos blancos, parece uno de los fantasmas que andan por Macondo ; Mario Vargas Llosa está tirado en una cama con una actitud juvenil que se contradice con la seriedad que caracterizan sus apariciones públicas; y Julio Cortazar, barbudo y sonriente, escribe algo sobre un papel, divertido, seguramente piensa en el juego que envuelven al lector sus cuentos.

Osvaldo Soriano mira con picardía directo a la cámara, sentado en la terraza con su hijo escondido entre la ropa tendida; y Mario Benedetti está parado en el círculo central de una cancha de fútbol, de brazos cruzados espera que le tiren un pase.

La muestra invita a recorrer la historia de las últimas tres generaciones de escritores, sobre todo de la literatura iberoamericana, y pretende un recorrido cómplice entre los retratos del fotógrafo y las obras de los retratados. “Las imágenes de ellos que la cámara de Mordzinski ha arrebatado al río del tiempo y fijado en esas cartulinas que todos los editores, autores y lectores conocen, son en verdad una interpretación profunda y respetuosa de su personalidad tal como aparece reflejada en sus rasgos semblante y expresiones”, escribió Vargas Llosa especialmente para la muestra.

“Te avisé que es una muestra de fotografía relacionada con la literatura. Si no te gusta no me eches la culpa a mí. Mirá, ahí está lo que leí y que me hizo venir”, le reprocha una señora mayor a su amiga en la puerta mientras le señala el texto escrito en la pared.

En el texto Mordzinski explica: “De pibe soñaba con la literatura como si fuera un único e infinito ser. Sin cuerpo ni rostro, imaginaba a la literatura como un abstracto territorio feliz donde yo soñaba con las historias que leía (…) Un buen día –un mal día- todo eso desapareció con la dictadura. La vida empezó de nuevo y, como sucede a menudo, fue en otra parte. Así nació ese triángulo invisible hecho de Francia, España y América Latina al cual años más tarde llamaría ‘las tres orillas’. Los lectores tenemos el impagable derecho de imaginar a nuestros Cronopios y a nuestras Famas con una libertad que nadie podría arrebatarnos”.

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